12 de noviembre de 2007

La canción de Rijkaard

Si en el Real Madrid vive una época relativamente tranquila y plácida, en las entrañas de su máximo rival, el FC Barcelona, se vive un ambiente muy diferente. Y es que la derrota ante el Getafe son de las que hacen 'pupa' a toda la plantilla y directiva. Y lo más grave del asunto es que este Barça de los fantásticos sólo ha conseguido vencer fuera del Camp Nou al Levante, un triste equipo que juega más a un ritmo de un Segunda B que no a un conjunto con plaza en Primera. Ni Messi, en estado de gracia en los últimos partidos, ni la presunta reaparición de Ronaldinho hacen que este Barça engrase. Y Rijkaard tiene un problema, porque no encuentra solución.


Porque el holandés no la tiene. O no la sabe o tiene miedo a aplicarla. Muchos coinciden en que sentar a alguno de los cracks solucionaría lo que parece ser el virus de este Barça: la actitud. Toda la razón a Puyol, porque se vive un pasotismo en la disciplina azulgrana asombrante. Y lo de Ronaldinho no tiene nombre. Porque si quiere marcharse del club, que lo diga y le abrirán la puerta recibiendo un suculento botín a cambio, seguramente de las arcas de Milán o Chelsea. Pero su actitud sobre el terreno de juego es pésima, relentizando el juego azulgrana hasta tacharse de paupérrimo. Y lo de Messi tiene explicación: con sus 20 años le han taladrado hasta la saciedad que es el mejor del mundo, el sucesor del mismísimo Maradona. Y se cree que cada vez que recibe puede marcharse de cuatro o cinco defensas, encarar al portero y marcar un golazo. Y en el fútbol, lo primero que se aprende es que para individualidades está el tenis.

Pobre Rijkaard. O el Barça mejora mucho en el próximo mes o lo veo comiéndose el turrón entre tulipanes. Hoy en rueda de prensa tras el entrenamiento matinal, ha vuelto a cantar la misma canción que lleva entonando desde el último tercio de la campaña pasada. "Todos tenemos que trabajar igual para lograr un buen resultado"; "Es la dinámica, pero todo comienza con el sacrificio y el trabajo para los compañeros"; "Siempre he sabido lo que estaba buscando". En Barcelona, al de los ricitos le están perdiendo la confianza, la fe. Frankie, estás sentencido.