25 de octubre de 2007

Sin castigo a Robinho

Nueva jornada de Champions, con suerte bastante dispar para los equipos españoles. El martes, el Sevilla ganaba en el Sánchez Pizjuán ante el Steaua de Bucarest (2-1), con un tanto de Kanouté en el minuto 16, número de Antonio Puerta, que fue galardonado con un tanto en su gloria y en la bienvenida a la familia sevillista de su hijo, Aitor Antonio Puerta. El Barça, en Galsgow, no pasó del empate a 0, en un partido bronco y sin grandes ocasiones, en el que volvió Ronaldinho tras su 'fiesta' con su compatriota brasileño del Real Madrid.

El Valencia cayó ayer en Noruega, 2-0 ante el Rosenborg, y se complica la clasificación a la siguiente fase. Los chés se colocan en la cola del grupo B, con tres puntos. En el grupo C, el Real Madrid ha recuperado el liderato del mismo tras su triunfo en el Bernabéu ante el Olympiacos griego, que le puso las cosas bastante difícil a los de Schuster. Raúl adelantó a los blancos a los dos minutos, pero el cuadro de los conocidos Raúl Bravo, Kovacevic y Galletti, le dieron la vuelta al marcador, poniéndose por delante a los pocos minutos de la segunda mitad. Un Olympiacos que, con diez, hizo sudar al Madrid, que gracias a su un confirmado santo llamado Iker Casillas y las genialidades de Robinho pudieron deshacer el entuerto en que se había metido la disciplina de Chamartín.


Y pensar que el brasileño ha pasado por un fin de semana de reprimendas, de críticas por su salida nocturna con Ronaldinho y el castigo de quedarse fuera de la convocatoria ante el Espanyol. Pero su técnico, que llegó al Madrid echando flores a este brasileño, no quiso maltratar a su criatura, no quiso forzar unos azotes y creyó en él, en sus habilidades y en su fútbol. Y la criatura cumplió. Forzó el primer gol, robando un balón cerca de la medular, marcó el segundo, cuando más lo necesitaba el equipo con el 1-2 en el marcador; provocó un penalti, que erró Van Nistelrooy desde los once metros; marcó el tercero y dio el cuarto a Balboa, para completar una noche de ensueño. Sin duda, este joven brasileño lideró la remontada de un Madrid espeso y con una pájara impresionante en una noche de Champions que se antojaba tranquila. Nunca lo son, y eso es lo que nos ha enseñado Europa.

Y no sólo Robinho ha conseguido limpiar su imagen tras su desliz nocturno, y se ha ganado el perdón del Bernabéu. Y es que, quizás desde su debut en Cádiz, no se había visto un Robinho tan pletórico. Quizás Schuster le haya dado una lección. Y el carioca parece que ha hecho los deberes que le ha mandado su maestro. Robbie ha vuelto a ilusionar.