26 de julio de 2007

Sin tregua

La última bofetada al ciclismo se produjo ayer miércoles, cuando a las 23 de la noche los medios de comunicación se hicieron eco de una noticia 'bomba' que hizo cambiar las maquetas de las páginas del Tour de los rotativos. El hasta ayer portador del maillot amarillo del Tour de Francia, Michael Rasmussen, fue retirado de la competición por su propio equipo, el Rabobank, presuntamente por caer en la cuenta de que el corredor danés les había engañado sobre su estancia en los famosos controles sorpresa que nunca pasó el ciclista, aludiendo problemas de comunicación desde México, donde decía que se encontraba, aunque el equipo afirma que ni siquiera estaba en tierras aztecas, sino en Italia, entrenándose.

Tras la noticia de hace tan sólo unos días de la descalificación de Vinokurov por su presunto dopaje (transfusión de sangre homóloga, de otra persona), el ciclismo vuelve a teñirse de negro tras la retirada del corredor danés, que había sorprendido a todos por su remontada épica (a lo Landis), habiéndose impuesto una jornada antes en la etapa disputada entre Foix y Loudenvielle de manera espectacular y dejando sentenciado, prácticamente, el Tour. Son muchos nombres de gran talla los que han sido manchados con la tinta negra del dopaje, que sigue perjudicando al ciclismo acutal, empañado por esta sucia jugada que apuestan algunos profesionales para palpar el sabor de la gloria, aunque sea por una vez.



Lo único que podemos extaer de positivo es que, debido a la retirada de Rasmussen, el nuevo maillot amarillo es el español Alberto Contador, que a falta de tres etapas para el final de la carrera, es líder del Tour con 1'53'' de ventaja respecto a su perseguidor, Cadel Evans. Además, con acciones como las del equipo Rabobank con su líder, se abre una pequeña brecha de esperanza, de que el ciclismo vaya a mejor cada día y se pueda eliminar la suciedad de la trampa y los casos de dopaje que empañan tanto este deporte. Quizás dentro de un tiempo podamos disfrutar de un ciclismo limpio y podamos ver a un español en lo alto del podio sin tener que esperar a que se le retire el título de campeón a un 'dopado' (Floyd Landis) o que un equipo retire de escena a su corredor por presunto fraude relacionado con la misma trampa.