Quién le iba a decir a este presidente al inicio de temporada que iba a acabar el año con tres títulos en el bolsillo en fútbol y baloncesto. Quién echa la mirada atrás ahora, y lo ve en su despacho calentándose la cabeza para saber cómo solucionar el tema del voto por correo, del acoso de Villar Mir y cia y del cabreo de la afición por no traer ni a Kaká, ni a Robben ni a Cesc.
Y es que hay que valorar el esfuerzo y el carisma de este presidente. En su primer año como máximo mandatario del club, Calderón ha conseguido, además de los títulos, algo que hacía mucho tiempo Bernabéu pedía a gritos desde la tumba: retomar el espíritu de lucha y el sentimiento por vestir la camiseta del Real Madrid.
Y valorar su santa paciencia. No todos hubieran aguantado como un señor los pitos en el estadio y los gritos de "fuera, fuera" hacia su persona y hacia su entrenador, Fabio Capello. Y es que son precisamente en los peores momentos cuando se demuestra la valía. No dio el brazo a torcer y ratificó al técnico italiano cuando las cosas se pusieron feas. El tiempo le dio la razón. Don Ramón, con el consejo de su director deportivo Pedja Mijatovic, trajo en verano a un técnico para 'limpiar' el vestuario y llevar al equipo a la Cibeles... Consecución de título de Liga y fin a la etapa 'galáctica'.
No es para menos que hoy se marque una vuelta al ruedo, levantando las tres orejas (Liga fútbol, Liga Baloncesto y ULEB) y el rabo (el de Capello...).
