23 de octubre de 2006

Una semana clave para el madridismo

Del partido de Getafe sólo ha pasado una semana. Una semana clave para el Madrid, que ha cambiado radicalmente su actitud y su juego. Si el pasado domingo el Madrid de Capello se iba con la primera derrota de la temporada, sin disparar entre los tres palos en 90 minutos y encajando un gol; una semana más tarde el mismo Madrid ha conseguido dos victorias (una en Champions y otra en Liga), ha encajado un gol y ha marcado 6 (Ramos, Raúl x2, Robinho y Van Nistelrooy x2). Algo sucedió en los vestuarios del Real Madrid tras la derrota ante el Getafe.

Y es que, de ver a un Madrid desinflado, sin ataque, débil en defensa, sin dominio en el centro del campo; vemos ahora a un equipo con casta y valentía, con gol, aplicado en defensa y... defendiéndose en el centro del campo con el doble pivote Diarra-Emerson que todavía no acaba de cuajar. Porque cuando uno está bien, para el otro no es su día. Pero sí es verdad que la entrada de Robinho en la titularidad ha sido lo más destacado en este inesperado cambio.

Partido de Liga de Campeones. Bucarest. El Madrid se juega la segunda plaza de grupo tras un partido desastroso en Liga. La afición quería ver un cambio. Y lo hubo. El partido lo dominó el equipo blanco de cabo a rabo, hizo un buen fútbol y sufrió en algunos minutos del partido como le pasa a todos los grandes. Pero el Madrid volvió a ser aquel equipo luchador. Capello demostró que ha venido a España para 'volver' a levantar la losa que yacía sobre el Madrid. El trío Robinho-Guti-Raúl rodó como la seda, y el Real salió de Bucarest con la clasificación mucho más segura y con unos ánimos renovados. Todo de cara para hacerle frente al temible Barça con el, todavía, reciente recuerdo del 0-3.

Y ayer, en el Santiago Bernabéu, el Madrid volvió a morder. Salió a por el partido desde el primer minuto, y en el 2', un gran centro de Sergio Ramos a pase de Guti lo remató un prodigioso Raúl que volvió a besar el anillo en el Bernabéu y volvió a callar muchas bocas. Se le puso todo de cara al equipo de la capital de España, que en los primeros veinte minutos pudo 'sentenciar' el partido si la madera, primero, y Valdés, en segunda ocasión, no hubieran evitado el ataque de un Madrid que salió enchufado.

El partido, tras la 'palomita' de Valdés para detener el disparo de Robinho, el balón cambió de bando y fue el Barça el que dominó el encuentro, que incluso dispuso de dos ocasiones clarísimas de Messi y Gudjohnsen que no llegaron a pasar por las manos de Casillas. Y tras el error de Pérez Burrull, que debió expulsar a Emerson con la segunda amarilla, el Madrid de Capello tomó el túnel de vestuarios con el partido que el italiano quería:gol tempranero y mantener el resultado.

Pero si el Barça salió atontado en la primera mitad donde el Madrid aprovechó para adelantarse; en la segunda mitad no tuvo explicación la 'pájara' de la defensa azulgrana, que ya avisados, dejaron que los blancos sentenciaran prácticamente el partido. Guti volvió a ejercer de auténtico constructor del juego, vio el desmarque de Robinho por la derecha que envió un centro al holandés Van Nistelrooy que, ante el error garrafal de Valdés, sólo tuvo que empujar el balón a la red. Y tras el gol, el Barça se diluyó. El Madrid se vino arriba y tuvo varias ocasiones para mandar al Barça a casa con una auténtica goleada. Van Nistelrooy quiso cumplir su promesa de marcar un gol como el de Bucarest, pero de nuevo la madera evitó la magnífica vaselina que envió el holandés.

El Real Madrid se pone a dos puntos del líder, el Barça, que tras su imagen dejada en Londres y en Madrid pasa por su peor momento de la temporada. Y Ronaldinho sigue en la sombra. Y Gudjohnsen no acaba de convencer para ser el suplente de Eto'o. Pero lo más destacado es el cambio del Madrid. Robinho ha sido la pólvora que ha encendido definitivamente a este Madrid.