Si el pasado miércoles 14 los chicos de Luís Aragonés demostraron que podían controlar un partido y golear, hoy han demostrado que también pueden jugar contracorriente. La selección tunecina se colocó por delante en el marcador en el minuto 8 de partido, tras un contragolpe que sorprendió (y empujó) a la defensa española. En ese momento, a todos se nos pasó el fantasma de la eliminación, de la frustración, de la historia de una selección que nunca ha sabido jugar con el marcador en contra, una selección que históricamente le ha costado siempre remontar un partido. Pero esta selección de Aragonés es una nueva que nunca hemos conocido. El gol encajado no les hundió, no desmontó la estrategia, y como habían hecho desde el primer minuto de partido, la artillería (cada vez más pesada) española se lanzó al ataque con más fuerzas que nunca. Quizás en la primera mitad se atacó más con el corazón que con la cabeza, pero, (¡qué grande eres Luis!), en la segunda mitad todo fue distinto. La selección española atacó con cabeza, abriendo balones por las bandas, jugando por el medio, tocando, controlando la linea divisoria... Un espectáculo. Luis Aragonés acertó de pleno con los cambios, sacó a Joaquín, a Cesc y a Raúl. El resultado: ataque por la banda derecha de Joaquín, centro al borde del área, dispara Cesc y el rechaze del portero tunecino lo engancha el más listo, Raúl, marcando el primer tanto y empatando el partido. Los tres jugadores que actuaron en el primer gol, cambios hechos por el seleccionador (¡cómo te has salido Luis!).
Y lo que había comenzado como un partido cuesta arriba, había comenzado a enderezarse. La selección de España atacó con más dureza, manteniendo la defensa perfectamente posicionada y realizando un autentico asedio a los campeones africanos. Y llegó el segundo gol, el que certificaba el gran juego español y la impresionante remontada. Gran pase de Cesc y estupendo control de Fernando Torres que delante del portero picó el balón para introducirlo a la perfección en la porteria tunecina. El estadio se vino abajo, los alrededores, la plaza de Colón de Madrid y todos los puntos del mundo donde miles de aficionados vivían una remontada histórica. Y de nuevo, el toque "suplente" para el segundo gol, el extraordinario pase de Cesc desde el medio campo. Y la guinda del pastel la puso el mismo niño Torres, cuando a pase de Raúl intentó rematar un balón al aire dentro del área que no pudo culminar por el derribo ocasionado por el defensa de Túnez. Penalti al Niño y el Niño, totalmente dispuesto, cogió el balón, hizo un gesto de "lo tiro yo" a sus compañeros, lo colocó en el punto de penalti y con toda la sangre fría disparó y sentenció. Como dijo Manolo Lama, "ha tirado el penalti como marcan los cánones: mal y al centro". Y entró. Tercer gol de España y tercer gol de Torres que se coloca como pichichi del Mundial. (Que por cierto, lo celebró como el gran Kiko Narváez, exjugador del Atlético de Madrid, donde milita, por el momento, el Niño Torres. Ese gesto querrá decir que se quiere quedar en el conjunto colchonero? Niño, por lo menos quédate en España, hombre).
Lo mejor además de los goles, la imagen que España está dejando partido a partido, una imagen de fuerza, de equipo, de control del balón que todavía no se ha visto ni en las selecciones favoritas para alzar el título de campeón. ¿De verdad tenemos que empezar a creer? Sinceramente, un servidor tiene miedo a creer, pero objetivamente, España ha comenzado el Mundial muy fuerte, con un gran juego que hace pensar que esta vez se puede llegar más allá de los cuartos de final. Por el momento, hemos conseguido colarnos en octavos y casi como primeros de grupo (habría que perder contra Arabia Saudí por goleada y que Ucrania hiciera lo propio con Túnez para acabar como segundos). Y lo que es más: hemos conseguido un respeto que al principio del Mundial no teníamos, y hemos conseguido que ya haya selecciones que hayan declarado que no quieren un cruce con España. ¿Qué se siente ahora que somos nosotros los que metemos miedo? ¿Alguien vió la cara de Diego Armando Maradona en Cuatro? Cualquiera diría que tiene miedo de que Argentina se cruce con España... y si mis cálculos no fallan, eso sería en la final! "Cuidado, que por ahí viene España, y pisa fuerte".